Las formas de vida cambian con el paso del tiempo, eso es inevitable, el secreto de una buena decoración no reside únicamente en la apariencia estética, sino en que ésta, esté adaptada a nuestras necesidades y tenga capacidad camaleónica cuando nuestra vida cambie de “estilo”.
Aunque todas las estancias de una casa han pasado por diferentes momentos y por lo tanto estilos, vamos a centrarnos en el salón, y más concretamente en el sofá.
La elección del sofá no se ha hecho siempre en función de los mismos criterios. Hoy en día prima por encima de todo la comodidad, ya que a él, acudimos en busca de momentos de tranquilidad, ocio o entretenimiento, y en sus asientos podemos llegar a pasar horas, o tardes enteras.
Durante años, la vida de reunión familiar se desarrolló en la cocina, y el salón era un lugar al que solo se accedía para recibir amigos, familiares o con motivo de alguna celebración. En aquellos momentos, la comodidad de los sofás no era la característica más importante a tener en cuenta puesto que nadie pasaba en él las horas muertas de su día a día, apenas lo que duraba la visita de algún conocido.
La decisión se basaba en la estética, el estampado, la coordinación… De esa época hemos heredado formas imposibles, asientos con marcado volumen en la zona central, apoyabrazos torneados con molduras de madera, respaldos a prueba de cervicales… Plena descoordinación entre estética y confortabilidad.
Con la aparición de la televisión, la tertulia se trasladó al salón, y es en este momento cuando esta estancia cobra especial importancia en lo que a comodidad se refiere. La comodidad de los sofás empieza a ser un pilar fundamental en el que basarse en el momento de adquirir estas piezas, pero siempre desde el punto de vista de que el usuario adoptará en él la posición de sentado.
Pasaremos un buen rato sentados en el sofá, por lo tanto la altura de los respaldos será la principal cuestión a valorar a la hora de la compra del sofá. Toda la familia se reúne, familias de, frecuentemente, muchos miembros, y por tanto prioridad absoluta es el hecho de que todos tengan un lugar en el que sentarse. El “tresillo” (tres piezas, sofá de tres plazas y dos butacas) se convierte en el rey indiscutible del salón. Los respaldos altos y la numerosidad de asientos son un dato indiscutible para considerar la antigüedad de un sofá.
Hoy en día ha cambiado nuestra vida, nuestra familia, nuestra posición y nuestro concepto del ocio y del descanso. Las familias se han reducido en cuanto a número de miembros, por lo tanto ya no es necesaria toda esa capacidad espacial.
El salón se ha convertido en la principal estancia de una casa, en ella se desarrolla toda nuestra actividad.
Nuestra vida ha cambiado, llegamos a nuestra casa tras muchas horas de actividad urbanita, nuestra posición se ha convertido a la horizontal. Con nuestro cambio postural, hemos reducido el número de asientos favoreciendo el tamaño de los mismos. Buscamos la ergonomía por encima de todo, asientos deslizantes, respaldos reclinables, modelos que incluyen chaise longe, formas curvas, apoyabrazos de “quita y pon”, tapicerías desenfundables, asientos profundos…
El salón es el lugar de ocio por excelencia dentro de nuestras casas, el sofá es una de las piezas claves para poder disfrutar de él al máximo. Nuestro cuerpo descansará sobre él de igual manera que lo hace sobre un colchón, por lo tanto los tejidos en los que esté fabricado, el relleno de los asientos, la altura de los respaldos y apoyabrazos, son datos de máxima importancia para su elección, debemos sentirlo hecho a nuestra medida.
Imperan las tapicerías lisas con tejidos gruesos como la pana o la loneta, con apoyabrazos realmente bajos para poder apoyar cómodamente la cabeza al tumbarnos. Los respaldos han bajado su altura a favor de la estética, y en ocasiones el respaldo tal y como lo conocemos es sustituido por cojines exentos, permitiéndonos moldear el apoyo a nuestro antojo, y dando un aire desenfadado a nuestro sofá.
Debemos tener claro cual será el uso que le daremos a nuestro sofá, para establecer unos claros criterios de búsqueda. Un sofá diseñado a nuestra medida cuidará nuestra salud, favorecerá nuestro descaso y nos permitirá disfrutar de agradables momentos de diversión en compañía.
Finalmente me tomaré la licencia de aconsejaros elegir colores claros, intemporales, ya que un color vivo en el sofa quita luminosidad al espacio opticamente y es más fácil que te aburras de el.
Hasta pronto...
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